La más famosa de las leyendas es la de las cabras. En una de sus versiones dice así: un pastor llamado Kaldi, intrigado por el extraño comportamiento de sus cabras, decidió seguirlas y averiguar qué pasaba cuando se alejaban a vagar por el campo. Así descubrió que sus animales se acercaban a unos arbustos desconocidos para él y se deleitaban comiendo sus frutos rojos; sin resistir la tentación, el pastor probó estos frutos y experimentó tal estado de bienestar y de alegría que salió corriendo a divulgar su descubrimiento al mundo: el café.
Sea como haya sido, lo cierto es que desde que el café fue descubierto encantó a propios y a extraños y hasta la fecha lo sigue haciendo. ¿Será posible que vaya a desaparecer este deleite que ya ha sobrevivido a batallas, amores, pasiones y desesperaciones? Sospechamos que no.
Los días, con sus mañanas, sus tardes y sus noches serán siempre diferentes si los pasa usted con el café a su lado.